Amacuzac, Morelos.-Una joven fue acribillada en pleno centro de Amacuzac, población ubicada al sur de Morelos, según testigos del hecho, la asesinada era empleada del ayuntamiento de este lugar, en la cual operan organizaciones del crimen organizado que controlan el trasiego de drogas de Guerrero a esta entidad.
El pasado 4 de enero, el jefe de la policía de Amacuzac, Justo Buenaventura Jaimes Villareal, fue acribillado y el alcalde Noé Reynoso Nava se encuentra amenazado. Cabe señalar que la Policía Municipal se encuentra desarmada, debido a que no han sido debidamente acreditados.
La mujer fue identificada como Rosa Hernández Guerrero, de 20 años de edad, quien fue asesinada mientras caminaba por la avenida Morelos del centro de Amacuzac, con dirección a su trabajo.
Según testigos, un vehículo color rojo detuvo su marcha y un sujeto descargó su arma sobre la joven, el cuerpo quedó a la altura de una tienda de abarrotes con razón social “Los Ángeles”.
La joven presentaba varias lesiones en su cuerpo, en el lugar se embalaron alrededor de ocho casquillos calibre .38 súper; su madre llegó hasta el lugar para identificar a la víctima.
De acuerdo a fuentes policiacas, Hernández Guerrero, se desempeñaba como “empleada meritoria” del ayuntamiento de Amacuzac, para conseguir un empleo en ese lugar, donde realizaba cualquier actividad que le encomendaran los funcionarios municipales.
Además, Rosa Hernández, es nacida en la ciudad de Washington, Estado Unidos y es hermana de Jesús Valoy Hernández Guerrero, de 18 años de edad, detenido por Policías Federales el 31 de octubre de octubre de 2012 en el municipio de Xochitepec, y posteriormente recluido en el penal de Atlacholoaya, Morelos.
“El Valoy” fue detenido junto con Edén Sahid Ramírez Cevallos o Jesús Antonio García Reza, alias “El Choco”, de 25 años; y Nubia Martí Urióstegui de la Sancha, alias “La Vieja Martí”, de 29 años, presunta líder de banda, dedicados todos al robo de vehículos, homicidios y narcomenudeo.
Por datos obtenidos, se hace referencia a que el asesinato de Rosa Hernández Guerrero tiene qué ver con un posible ajuste de cuentas, originado por deudas y compromisos qué tenía su hermano, “El Valoy”, con la organización criminal para la que trabaja o trabajaba.
Entre las pertenecías de Hernández Guerrero, se encontraron tres teléfonos celulares, una pila de más, y una caja transparente con cuatro o cinco tarjetas de memoria para celular. Además, una copia de su propia credencial de elector, recortada al tamaño original y doblada y una navaja, entre otras cosas.