La base de triplay estaba pegada a una base de plástico, forrado con plástico negro y con varias calcomanías pegadas.
De acuerdo con la víctima, al salir de una tienda de autoservicio ubicada en la Macroplaza del Mar, en la ciudad de Ensenada, un hombre muy bien vestido se acercó para ofrecerle una pantalla de 47 pulgadas.
El estafador le dijo que era gerente de otra tienda de la misma cadena comercial de la que acababa de salir la mujer, argumentó que las pantallas eran “un sobrante de inventario” y necesitaba “deshacerse” de ellas.
El timador explicó que la forma más fácil de vender las pantallas era ofrecerlas a un costo más barato del que habitualmente se ofrecen en la tienda, por lo que ofreció el producto en 3 mil pesos, sin embargo, la víctima sólo pudo ofrecer mil pesos, cantidad que fue aceptada de forma inmediata por el timador.
Para sorpresa de la mujer, fue que al llegar a su hogar, cuando comenzó a abrir lo que parecía ser una televisión empaquetada, descubrió en una de las esquinas parecía ser un trozo de madera envuelto en plástico, percatándose de su error y de la estafa.
La tabla de triplay estaba unida a una base de plástico como cualquier pantalla convencional, además le entregaron un control remoto y unas gafas para tecnología 3D, que finalmente resultaron ser sólo unos lentes oscuros con calcomanías.