Ciudad de México.- Durante dos años, un hombre violó a su hija adolescente, pero fue capturado gracias a que su esposa, asesorada por policías de investigación, le tendió una trampa.
Fernando Reyes Antonio, de 44 años de edad, abusó a su hija desde que tenía 14 años de edad. Cuando su esposa se dio cuenta, Reyes Antonio escapó de la casa, ubicada en la Colonia Pedregal de San Nicolás, en la Delegación Tlalpan.
La esposa manifestó que después de que el hombre huyó del hogar supo que no tenía trabajo, entonces los policías investigadores le sugirieron que cuando el hombre se comunicara con ella tomara una postura que no fuera agresiva.
“Le sugirieron que la próxima vez que le llamara le dijera que lo perdonaría y que inclusive le ayudaría a encontrar chamba”, detalló un funcionario de la Procuraduría General de Justicia local (PGJDF).
La llamada de Reyes Antonio llegó y, aconsejada por los agentes, su esposa le explicó al hombre que podía conseguirle un trabajo en una fábrica, pero tenía que entregarle su documentación personal.
“Se citaron entonces a las 16:00 horas afuera del Metro Miguel Ángel de Quevedo, con la finalidad de entregarle unos documentos, por lo cual se estableció un operativo encubierto”, agregó el funcionario.
Reyes Antonio se encontró con su esposa, quien con una señal previamente pactada confirmó a los policías que estaban en la zona que se trataba del agresor de su hija, y finalmente fue detenido.
El hombre está acusado de violación y abuso sexual agravado, por lo que el Ministerio Público determinó consignarlo ante un juez penal del Reclusorio Preventivo Sur.
Durante las entrevistas con el personal especializado de la Fiscalía de Delitos Sexuales, la joven agredida mostró alteraciones sicológicas. La madre de la adolescente señaló que había comenzado a notar esos cambios en su comportamiento hace 2 años, aproximadamente, cuando comenzó a aislarse y evitar el contacto físico.
La joven solía ser sonriente y escuchar música, pero su comportamiento fue cambiando a consecuencia de los ataques sexuales, que ella ocultó. Cuando su madre la confrontó para saber qué le ocurría y cómo podía ayudarla, la adolescente terminó por confesar lo que le hacía su padre.
En la averiguación previa quedó asentado que Reyes Antonio hacía tocamientos a la menor en diversas ocasiones, aunque también la forzó a tener relaciones sexuales en varios hoteles.
En sus declaraciones ante el Ministerio Público, la víctima dijo que calló los abusos por miedo a que sus padres se separaran. Reyes Antonio ahora enfrenta un juicio penal, mientras que su hija recibe atención sicológica por parte de la PGJDF.